domingo, 8 de febrero de 2015

Tomar 7 copas por semana disminuye el riesgo cardiovascular


Sabemos que el alcohol se comporta como un tóxico para el corazón, de tal manera de su alto consumo puede llevar a la larga a una insuficiencia cardiaca (IC). Sin embargo, desde hace algunos años se asociado el consumo moderado de alcohol con beneficios cardiovasculares, aunque en realidad no había pruebas concluyentes que demostraran tales efectos preventivos a largo plazo. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Goncalves y col, 2015; Eur Heart J 19-ene) en el que por vez primera se estudiaron los efectos de la ingesta de alcohol sobre la salud cardiovascular a largo plazo. Los autores siguieron la evolución de 14629 sujetos (hombres y mujeres) con factores de riesgo ateroscleróticos pero sin insuficiencia cardiaca, durante 24 años. Se recogieron datos sobre el consumo de alcohol expresado como número de copas a la semana (1 copa = 14 g de alcohol), calculando la media de su consumo por 8,9 años. Mediante modelos multivariables se examinó la relación del consumo de alcohol con la incidencia de IC, valorando si las posibles asociaciones se modificaban con el género. La mayoría de los sujetos fueron abstemios (42%), con un 25% que tomaba 7 copas/semana, un 8% entre 8 y 14 copas, y un 3% más de 15 copas/semana. De los sujetos estudiados 1271 hombres y 1237 mujeres desarrollaron insuficiencia cardiaca con el paso de los años. Los resultados mostraron que los hombres que consumieron 7 copas/semana tuvieron un menor riesgo de padecer IC que los sujetos abstemios, o los que consumieron más alcohol. Esta relación fue menos fuerte en mujeres.
El estudio sugiere que ingerir todos los días una copa de alcohol (14 g) es más beneficioso para la salud cardiovascular que no tomar alcohol o ingerir más cantidad. Pero cuanto alcohol tienen las bebidas más habituales?. Pues una cerveza de 250 ml unos 9 g; una copa de vino de 200 ml unos 21 g; y una copa de licor de 100 ml unos 24 g. Así que una cerveza/día o una copa pequeña de vino mostrarían efectos beneficiosos para la salud. Si esto es aplicable también a deportistas, es una hipótesis de trabajo que por ahora no se ha estudiado.

miércoles, 4 de febrero de 2015

FITNESS = ENTRENAMIENTO FUNCIONAL

Fitness = Bienestar
 Fit = Sano/ Saludable
 8 claves del FITNESS:
 - FUERZA 
- RESISTENCIA MUSCULAR
 - RESISTENCIA CARDIOVASCULAR
 - FLEXIBILIDAD 
- AGILIDAD
 - VELOCIDAD
 - EQUILIBRIO
 - COMPOSICIÓN CORPORAL

 Estas 8 claves contribuyen a mejorar nuestra salud y por lo tanto se considera FITNESS.
 = 
ENTRENAMIENTO FUNCIONAL

viernes, 23 de mayo de 2014

Ayuno intermitente o Intermittent Fasting

¿Qué es el ayuno intermitente o Intermittent Fasting? El Intermittent Fasting es un modelo o método nutricional -una manera de alimentarse- que consiste en alternar periodos de ayuno con periodos de ingestión de alimentos, pudiendo abarcar estos periodos desde 16 horas -contando las horas de sueño- hasta más de un día de ayuno entre comidas. Dentro del mundo científico, el IF es objeto de estudio desde hace relativamente poco tiempo -mediados del siglo XX-, cuando este patrón empezó a investigarse experimentando con ratas -como la mayoría de nuestros fármacos, por ejemplo-. Desde entonces no se han dejado de estudiar y analizar los efectos del ayuno intermitente, tanto en animales como en humanos, resultando y concluyendo que éste puede ser un buen método para controlar especialmente el exceso de glucosa en sangre -y consecuentemente de insulina- y de grasa corporal, además de prevenir enfermedades derivadas de la hiperfagia y la dieta ad libitum, como son diabetes, obesidad, cardiopatías y enfermedades degenerativas -demencia, Alzheimer,…-. Por si esto no fuera poco, el IF representa uno de los mejores métodos para regular el apetito y reeducar nuestro sistema endocrino, y empieza a considerarse como una de las mejores “armas” antiaging, ya que provoca un efecto de frenado del envejecimiento celular y cerebral. Claro está, podría pensarse que el ayuno es una moda e incluso una apología a los trastornos alimenticios, especialmente debido a lo reciente de sus estudios -no más de 70 años- y a lo desconocido que es para la mayoría de nosotros. Sin embargo, más allá de la ciencia moderna, el ayuno ha sido propuesto y utilizado durante siglos como método de autosanación por alquimistas y médicos ante diversos tipos de enfermedades. Pero todavía hay más, ya que no debemos olvidar que por encima de todas estas reglas que intenta imponer el hombre existe la ley universal de la coherencia natural. Si observamos la naturaleza, todas las especies superiores de seres vivos del planeta practican el ayuno intermitente a diario, y especialmente los animales omnívoros y carnívoros. Ninguno de estos animales come 5 veces al día. Es más, generalmente son una o dos, a no ser que se les fuerce a comer -como ocurre en nuestras ¿granjas?… quería decir “fábricas” de animales-. Sin embargo, todo en la naturaleza está bien, todo permanece en equilibrio, estas especies han sobrevivido alimentándose de ese modo durante millones de años libres de nuestras enfermedades modernas, y el único que ha desequilibrado la balanza en este sentido ha sido, como siempre, el hombre. ¿En qué consiste el IF? Existen diferentes tipos de ayuno intermitente, según los cuales varían la duración de los periodos de ayuno y el número de comidas totales diarias, el cual no suele superar las tres al día, dependiendo de nuestro estilo de vida, horarios, actividad física, etc. El primer gran objetivo del IF es regular el apetito. Gracias a nuestra costumbre de las 5 comidas diarias -o más- hemos silenciado el principal regulador energético de nuestro cuerpo, el hambre, y comemos más porque lo dice el reloj, para acelerar nuestro metabolismo y evitar “pájaras” o para compensar nuestro vacío emocional que no porque nuestro cuerpo realmente lo necesite. Mediante el ayuno intermitente conseguimos: • Potenciar la sensibilidad a la leptina, hormona que segrega nuestro tejido adiposo y que informa al organismo acerca de los niveles de grasa del cuepo -energía-, regulando el apetito y determinando cuando es el momento de comer y cuando es el momento de dejar de comer, así como la cantidad de comida que necesitamos ingerir. • Minimizar el exceso de glucosa en sangre y la consecuente secreción de insulina. De este modo prevenimos el hiperinsulinismo y todos los problemas que éste conlleva. • Permitiendo la aparición del hambre y la secreción de ghrelina, precursora de la hormona del crecimiento, la cual activa los procesos principales de regeneración celular -efecto antienvejecimiento-. A partir de esta serie de sucesos, con el tiempo, el organismo recupera el equilibrio tanto externo -control del peso- como interno -regulación metabólica-, y de ese modo permanece sano. Un pequeño matiz El IF es especialmente efectivo cuando se combina con una dieta baja en hidratos de carbono y alta en grasas, como puede ser la Paleodieta, tanto desde un punto de vista fisiológico como psicológico. Hablando de fisiología, está claro que si lo que queremos es minimizar el impacto nocivo de la glucosa y el hiperinsulinismo en nuestro cuerpo no tendría ningún sentido que esas dos o tres comidas diarias estuvieran conformadas por alimentos de alta carga glucémica, las cuales nos predisponen a entrar en el círculo vicioso de la hipoglucemia-hiperfagia y necesitar comer cada poco tiempo. Los hidratos de carbono son una fuente de energía rápida pero ineficiente a largo plazo, cubriendo solamente las necesidades energéticas básicas del funcionamiento cerebral y cardiaco. Por otro lado, las grasas sí son eficientes a largo plazo y fácilmente “convertibles” en energía rápida para momentos de estrés, lo cual no está de más recordar que en una vida natural dicho estrés sólo aparece en momentos muy puntuales -factor del hambre emocional-. Además, el efecto psicológico que comentaba no es menos importante. A ningún animal le gusta pasar hambre, y al hombre tampoco. Por los mismos motivos que acabo de comentar, una dieta rica en hidratos de carbono promueve la dependencia de dichos alimentos -de ahí que diversas voces del mundo de la medicina incluso consideren los azúcares como adictivos-, lo cual nos empuja siempre a necesitar y querer consumir más y más azúcar. Si queremos reducir y evitar esta sensación no nos quedará otra que consumir más grasa -lo siento, no basta con comer granos enteros de digestión lenta-. Insisto en que, aunque me quede mucho que decir en este sentido, tanto daño hace una dieta rica en hidratos de carbono como una dieta baja en HC y también en grasas. No deberíamos tener tanto miedo a la grasa. Ni es tan peligrosa como creemos, ni nos engorda tanto como los azúcares. ¿Imitamos y recuperamos nuestra naturaleza? Soy un poco insistente en este tema, lo sé. Ya no será nuevo para ti comprender que somos el resultado de millones de años de evolución, y durante un par de estos, los dos últimos, el hombre se ha alimentado de vegetales, fruta, huevos, semillas, pescado y carne, sin legumbres ni cereales ni lácteos, y sólo comiendo un par de veces al día. Así hasta hace 10.000 años. Después llegaron los cereales, y empezó el declive. El cazador alto, sano y fuerte, y con una esperanza de vida de 35 años y longevidad potencial de 60 se transformó en un agricultor bajo, enclenque y enfermo que moría a los 24 y no superaba los 45-50. Igualmente lo peor no había llegado. Las 5 comidas diarias -ó 6, ó 7, ó 2 pero con 15 picoteos entre horas- es algo moderno. Gracias a la medicina intervencionista -cirugía- y a la farmacología vivimos más, es cierto, pero ¿vivimos mejor? Curiosamente, casualidad o no, justo ahora que contamos con más avances, más sabiduría, más medicina, más comida y más frecuencia de comidas -las recomendadas 5 diarias- es cuando más enfermedades modernas nos atacan y favorecen nuestro malestar, además de seguir aumentando la población afectada y la precocidad del enfermo, eso sí, bajo control hasta los 85 años. Una bonita manera de estimular el consumo de comida -basura- y pastillas. Si todos los seres vivos superiores de gran tamaño han sobrevivido sanos durante millones de años comiendo una o dos veces al día, ¿por qué hacer lo contrario? Ya no es cuestión de naturaleza o ciencia, sino de experimentación. Pruébalo durante un mes, a ver qué tal te sientes. Simplemente sigue la coherencia natural que siguen todos los animales, el feast and fast, el festín y el ayuno. No puedo hacer más que recomendar el ayuno intermitente como solución parcial de nuestros problemas de salud, y aunque comer es uno de los grandes placeres de la vida -lo es porque de ello depende nuestra supervivencia-, no es el único placer.

sábado, 12 de abril de 2014

6 ALIMENTOS PARA COMBATIR LA ANSIEDAD

6 Alimentos que ayudan a relajar la mente y combatir la ansiedad Superar épocas en las que nos puede la ansiedad puede ser una tarea complicada, más aún si tenemos claro que no vamos a recurrir a ningún proceso que requiera la toma de medicamentos. Por suerte para muchos, hay alimentos que ayudan a eliminar la ansiedad y el estrés, pero también hay otros que la potencian, es por esto que resulta tremendamente importante saber qué comemos y qué queremos conseguir con cada alimento. Sufrir ansiedad provoca que tu estado de ánimo decaiga y te impida poder disfrutar de las cosas que antes hacías. Puede que no te des cuenta, que creas que siempre eres así, pero si estás estresado/a, lo normal es que siempre te encuentres cansado/a, de mal humor y sin ganas de hacer nada. ¡Tú antes no eras así! Aunque no lo veas, tu cuerpo y forma de comportarte varían en función de cómo te encuentras y lo que comes. En este artículo vamos a buscar una solución que te ayude a eliminar la ansiedad a partir de una selección de algunos de los alimentos más recomendados para combatir este problema. Digamos que nos centraremos en los hábitos alimenticios de cada uno y te mostraremos sus ventajas, que seguro muchas desconocías: 1. Los anacardos. El Dr. Andrew Saúl aseguraba en una grabación (Food Matters), que simplemente tomando dos puñados de nueces de la India al día, lograríamos conseguir los mismos efectos que una dosis terapéutica de Prozac. ¿Sabes lo que eso significa? Estamos hablando de que hay alimentos, como en este caso los anacardos, que contienen una potente fuerte de triptófano, el precursor para la producción de serotonina, la hormona que todos conocemos y sabemos que se encarga de que nos sintamos bien. Este primer consejo es muy recomendado, pues con poco se consigue mucho. 2. Los arándanos. ¿Te gustan? Si todavía no los habías probado, ha llegado la hora de hacerlo, más aun cuando se sabe que éstos son ricos en nutrientes vegetales y vitaminas, que contienen una gran cantidad de antioxidantes que permiten aliviar el estrés. En ese sentido, algunos expertos consideran que los melocotones también podrían estar dentro de esta categoría de alimentos especiales contra el estrés, ya que parece ser que se ha demostrado que producen un efecto “calmante” en las personas, digamos que se trata de una leve sedación que nos ayudaría con este problema de ansiedad y estrés que padecemos. 3. Las bayas de Acai. Algunos lo denominan como el nuevo superalimento, ya que últimamente está siendo noticia en multitud de medios de comunicación. En un principio se pensó que estas bayas eran el complemento ideal para la pérdida de peso, y aunque se comprobó que no eran tan potentes como creían, si resultan ser similares en propiedades a los arándanos, ya que cuentan con nutrientes vegetales y una gran cantidad de antioxidantes. No vendría mal probarlas y conocer sus efectos en nuestro cuerpo. 4. Las almendras. Todos las tenemos en una bolsita en el armario de la cocina, en muchas casas son el aperitivo ideal antes de presentar la comida en la mesa, sin embargo, este fruto seco siempre ha estado bastante infravalorado en general, ya que si bien algunos se aprovechaban de sus propiedades, la gran mayoría lo tomaba solo como un aperitivo más. Las almendras contienen zinc, un nutriente especial que nos ayuda a mantener el estado de ánimo siempre en perfecto equilibrio, además, también contienen grasas saludables y hierro, ambos puntos muy importantes para una dieta; las grasas son imprescindibles en una alimentación sana, mientras que la falta de hierro genera problemas de fatiga en el cerebro. 5. El chocolate Negro. Cada vez se le conocen más y mejores ventajas. El chocolate es uno de esos alimentos especiales que nadie quiere eliminar de su despensa, pero ojo, no siempre es tan saludable como pensamos, ya que todo depende de la forma en la que lo consumamos y los ingredientes que lleve. Podría causarnos muchos problemas de salud, principalmente por los azúcares que contiene. Si es negro, sin azúcares añadidos ni leche, los expertos aseguran que ayuda mucho en aquellos momentos de ansiedad y estrés. Reduce el cortisol, esa hormona que causa el estrés. Además, también existen una serie de complementos dentro del propio chocolate que se encargan de mejorar nuestro estado de ánimo. Además de ser un placer para el paladar, es una recomendación muy saludable. 6. Raíz de Maca. Posiblemente no lo hayas escuchado nunca, pues hablamos de un alimento poco común y empleado en nuestra cocina, sin embargo, su polvo se puede añadir como complemento a multitud de bebidas y platos para ayudarnos en esas situaciones complejas donde nos afecta el estrés. Se puede adquirir en tiendas de alimentos saludables. Se cree que esta raíz es una de las que más nutrientes vegetales tiene de toda la familia de frutas y verduras. Posee Hierro y magnesio, nutrientes necesarios para ayudar a controlar la ansiedad, mientras que también está recomendada para garantizar una energía saludable en nuestro cuerpo durante todo el día. Otros alimentos recomendados Si realmente quieres combatir la ansiedad y el estrés de una forma permanente, te recomendamos que mantengas siempre una dieta equilibrada y sana, y que bebas mucha más agua de la que ahora bebes, ya que se ha demostrado que la deshidratación leve está presente en más de un 25% de las personas que sufren estrés y/o ansiedad. Mantener una alimentación equilibrada y sana no es una tarea sencilla, ya que tenemos bollería, fritos y otros alimentos de los que nos costaría desvincularnos, sin embargo, no necesitas cortar por lo sano de forma radical, sino que poco a poco podrías ir modificando tus hábitos, pues llegará un momento en el que te acostumbres y esos nuevos alimentos saludables formen parte de tu día a día. Solamente con estos consejos, tu estado de estrés mejorará considerablemente. En cuanto a alimentos para recomendar, podríamos decirte que comas lo que comas, asegúrate de que cuentan con nutrientes como el magnesio, vitaminas del grupo B, especialmente la B12, zinc y antioxidantes. Todos ellos están recomendados para combatir este tipo de problemas.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Entrenamiento con electroestimulación muscular (EEM)


Entrenamiento con electroestimulación muscular (EEM)
 

Un poquito de historia

Aunque los orígenes más remotos podamos encontrarlos en el año 46 a.C., cuando se utilizaban peces eléctricos usados debajo del pie de los pacientes con gota, fue en 1970 cuando Kotz introdujo la electroestimulación muscular (EEM) en apoyo a otras metodologías para el entrenamiento de la potenciación muscular. El doctor Kotz demostró que la tensión muscular inducida por la EEM era un 30% superior a la producida voluntariamente. A partir de ahí los avances en este campo han sido constantes y los nuevos aparatos que se han ido desarrollando consiguen resultados extraordinarios en el entrenamiento muscular, pero siempre en conjunción con otros métodos más tradicionales.

¿En qué consiste la EEM?

El músculo puede ser estimulado de una manera endógena, o lo que es lo mismo, mediante contracciones voluntarias: el sistema nervioso central (SNC) envía unos impulsos eléctricos, los cuales son transportados por el sistema nervioso periférico hacia los músculos. Pero también se le puede estimular de una manera exógena, mediante la EEM, produciendo la acción del impulso eléctrico para excitar directamente el nervio, es decir, sin que lo genere el SNC.

El estímulo eléctrico que genera el aparato de EEM llega, a través de los electrodos conectados directamente sobre la piel, al tejido nervioso, el cual interactúa directamente con el muscular. Por tanto, todas estas informaciones son transportadas en forma de impulsos eléctricos para ser interpretadas por los músculos, provocando la respuesta que deseamos: la contracción muscular, la cual se produce de una manera totalmente automática.

Una finalidad de la EEM es provocar la contracción del mayor número posible de fibras musculares, lo cual siempre es superior a las contracciones voluntarias. Un buen aparato de EEM trabaja, dependiendo de la frecuencia del estímulo, las fibras rápidas antes que las lentas, lo cual difícilmente sucede en las contracciones voluntarias. Por otra parte, también consigue acortar el tiempo requerido para que el músculo logre la máxima tensión (normalmente las fibras lentas requieren 0.65 segundos y las rápidas 0.20). La EEM permite entrenar selectivamente los distintos tipos de fibras, en función de la frecuencia con la que estimulemos, la cual se mide en herzios (impulsos por segundos). A continuación vamos a dividir estas frecuencias de estimulación en cinco grandes grupos:

De 1 a 10 Hz: La musculatura se contrae y se relaja. Aumenta la segregación de endorfinas así como el flujo sanguíneo. Se utiliza como efecto descontracturante y relajante. Con el aumento del flujo sanguíneo se crean nuevos capilares, lo cual ayuda contra las contracturas musculares.

De 10 a 20 Hz: El músculo se contrae y se mantiene contraído. Aumenta el tono muscular y la resistencia muscular localizada.

De 20 a 50 Hz: Se contraen preferentemente la fibras tipo I o lentas (ST), trabajando cualidades de resistencia muscular (resistencia a la fatiga) y vascularización.

De 50 a 90 Hz: Se estimulan las fibras rápidas ó IIa (FTa), entrenando capacidades de fuerza en fibras mixtas (metabolismo aeróbico y anaeróbico) y de hipertrofia.

De 90 a 120 Hz: se estimulan las fibras tipo IIb, con mejoras en fuerza y explosividad.

Por lo tanto, las fibras ST o tipo I son estimuladas a frecuencias entre 10 y 50 Hz y las FT o tipo II entre 90 y 120 Hz.

En cuanto a la intensidad del estímulo que se puede aplicar mediante la EEM, ésta se mide en miliamperios (mA), la cual supone la cantidad de electricidad transmitida. Los mejores aparatos suelen contar con una intensidad máxima de 120 mA. Las frecuencias de la estimulación vienen ya programadas por la mayoría de los aparatos para facilitar así su uso, las cuales suelen estar denominadas con una terminología apropiada a la mejora del rendimiento que queramos trabajar (fuerza máxima, fuerza explosiva, fuerza resistencia, hipertrofia, etc.) o a la mejora de la recuperación (recuperación activa, relajación…). La intensidad, en cambio, se aumenta manualmente, en función de la tolerancia psicofísica del deportista.

El entrenamiento con EEM

Lo primero que se debe hacer es seleccionar adecuadamente el programa de EEM. Esto se hace en función de los objetivos de mejora deportiva que pretendamos lograr y en base al deporte que practiquemos, es decir, no potenciar incontroladamente ciertas capacidades que nos limiten el desarrollo de las que realmente nos interesan.

Los principios del entrenamiento con EEM son los mismos que en la planificación del entrenamiento de la fuerza con métodos tradicionales: acondicionamiento físico general – hipertrofia – fuerza máxima – fuerza resistencia. Aunque debemos tener en cuenta una serie de consideraciones en base a las ventajas y a las limitaciones de este método de entrenamiento:

– La contracción muscular se produce de una manera inducida o indirecta, por lo que la intervención del SNC y de las estructuras del aparato locomotor se ve muy limitada. En la práctica deportiva todas las acciones musculares van a ser producidas por la intervención del SNC así como en unas determinadas condiciones, recorridos, ángulos, etc. Propios de ese deporte. Por otra parte, en un movimiento deportivo, un músculo no se contrae y produce una fuerza por sí solo, sino en sinergia con otros grupos musculares provocando el movimiento de varias articulaciones en cadena cinética.

– Las sesiones con EEM no pueden, por sí solas, sustituir totalmente el entrenamiento, pero sí formar una parte importante de él debido a que ningún otro método puede estimular un número tan grande de fibras y provocar con ello, selectivamente, un aumento tan grande de las cualidades relacionadas con la fuerza. Es por ello que, en la actualidad, muchos de los grandes deportistas introducen de alguna manera las sesiones con EEM dentro de sus programas de entrenamiento.

 

Estructura del entrenamiento

Para programar adecuadamente una sesión de entrenamiento con EEM, primeramente debemos definir los objetivos que queremos lograr en ella, siempre en función de las necesidades propias del atleta. Una vez analizados estos objetivos, debemos definir las capacidades musculares que nos conviene entrenar. La duración y la intensidad de la sesión deben ajustarse a las condiciones psicofísicas del deportista, haciendo que la programación del entrenamiento sea lo más individual posible. Aun así, la duración de las sesiones que viene programada en la mayoría de los mejores aparatos que hay en el mercado, se ajusta a casi todos los requerimientos. La intensidad, por el contrario, debe manipularse adecuadamente y de una manera progresiva, tanto en la sesión como en la planificación de todo el entrenamiento.

Una sesión debe iniciarse siempre con un calentamiento, primero general y luego específico. El calentamiento específico viene ya predeterminado con todos los programas que comprenden todos los aparatos de EEM. La duración de éste oscila entre 5 y 10 minutos. Tras el calentamiento viene la sesión de trabajo específica, con una duración que puede ir entre 30 y 50 minutos. Y, finalmente, la recuperación activa (siempre en una posición relajada), de 5 a 10 minutos más.

Algo muy importante que no deberíamos pasar por alto para aumentar la eficacia del entrenamiento es, tras la sesión de EEM, realizar una transferencia mediante ejercicios dinámicos voluntarios específicos del deporte al que nos dedicamos, es decir, correr, pedalear, nadar, saltar, etc.

En cuanto a la frecuencia de entrenamiento lo más adecuado serían unas dos sesiones por semana (refiriéndonos a deportes en los que el factor fuerza sea predominante), haciéndolas coincidir con los días en los que programamos las más altas intensidades de entrenamiento.

 

Métodos de entrenamiento

En cuanto a los métodos de entrenamiento con EEM podemos hablar de las sesiones de solo electroestimulación y de las sesiones combinadas. Las primeras, es decir, cuando trabajamos solo y exclusivamente con el electroestimulador, son más aconsejables para la recuperación funcional tras una lesión, lograr un tono muscular básico, recuperación activa, etc.

A la hora de comenzar las contracciones musculares es importante saber que debemos fijar la/s articulación/es que cruza el músculo que vamos a trabajar, impidiendo el máximo acortamiento muscular, ya que con ello evitaremos dolores musculares y articulares. Por ejemplo, si vamos a trabajar los cuadriceps debemos permanecer en posición sentada con las rodillas flexionadas 90º y las piernas bloqueadas a la altura de los tobillos.

La otra forma de trabajar es combinar la electroestimulación con movimientos naturales con o sin carga externa (por ejemplo realizar sentadillas al tiempo que la EEM). Esta forma de entrenamiento favorece el uso de intensidades (miliamperios) más altas, incrementando, por tanto, el porcentaje de fibras musculares reclutadas. Por otra parte, así también limitamos el riesgo de que el músculo trabajado alcance una condición de máximo acortamiento, lo cual podría provocar la aparición de calambres musculares y contracturas.

Conclusiones

Está claramente demostrado que la electroestimulación muscular mejora el desarrollo de la fuerza específica de un músculo mejor que cualquier otro método tradicional, ayuda en la recuperación muscular post-esfuerzo y es un elemento indispensable en la terapia de muchas lesiones. Por todo esto es bastante frecuente su uso dentro de los métodos de entrenamiento de casi todos los deportes. Pero debemos entender la utilización de la EEM como un método más dentro de nuestra planificación, como un apoyo al desarrollo de las capacidades musculares junto con los métodos dinámicos más tradicionales. Utilizando solamente la EEM dentro de nuestro entrenamiento de potenciación muscular conseguiríamos un desarrollo analítico de ésta, pero no funcional, y recordad que en la mayor parte de los deportes el rendimiento aumenta debido al desarrollo y ejecución simultánea de varias capacidades físicas y psíquicas, las cuales debemos entrenar en función de las necesidades que tengamos y con el objetivo de lograr una sincronía final de unas con otras.

jueves, 29 de agosto de 2013


Los efectos positivos de la tecnología EMS
·         Formación muscular directa: con los electrodos colocados en el cuerpo con precisión cada impulso da en el blanco, por lo que no  hay ejercicio mal realizado.

·         Formación del equilibrio muscular: los impulsos externos promueven a que nuestros "eslabones débiles" del cuerpo se desarrollen fácilmente.

·         Rehabilitación de los músculos flácidos: se puede utilizar para fortalecer los músculos dorsales flácidos y como tratamiento en abdominales tras el parto.

·         Evita la sobrecarga de las articulaciones: Dado que los impulsos eléctricos van dirigidos directamente a los músculos el conocido riesgo provocado por el levantamiento de pesas queda eliminado.

·         Pequeña inversión de tiempo: ya que prácticamente podemos hacer trabajar a todos nuestros músculos al mismo tiempo, el tiempo dedicado al entrenamiento se limita a 15-20 minutos.

·         Mejora del flujo sanguíneo del tejido circundante: la formación muscular es la manera más eficaz de combatir la celulitis.

·         Pérdida de grasa: El eficaz entrenamiento de fortalecimiento transforma a nuestro organismo en una verdadera caldera de quemar calorías.

·         Mejora la postura y el bienestar: los impulsos eléctricos pueden alcanzar y hacer trabajar a nuestros músculos más profundos.

·         Disminuye el dolor de espalda: Con la ayuda de los electrodos del chaleco los músculos espinales se fortalecen, por lo que las quejas ocasionadas por una musculatura de sostén débil pueden ser eliminadas.

·         Previene la osteoporosis y las fracturas de hueso: Una musculatura más pesada obliga también a los huesos que la sostiene a aumentar su grosor y volverse así más fuertes y resistentes.

·         Programa de entrenamiento personalizado y discreto: podemos recargar a todos los músculos de la manera más conveniente para nosotros, y sin que cualquiera pueda ver la cantidad de resistencia con la que trabajamos.

lunes, 26 de agosto de 2013


… SOY IRONMAN
Me encantaría ser un gran narrador de historias y contar esta como se merece; pero simplemente soy un entrenador el cual ha disfrutado, aprendido y mejorado al lado y gracias a un CAMPEÖN!! 
Nacho Marín…, o Don Nacho IRONMAN (para mí). Lo que consiguió hace un mes fue muy grande. No solo cruzó la meta del Challenge Vitoria en su debut en la distancia, no solo lo hizo en 10h 30min (que no es poco…), si no que demostró como con actitud, determinación y compromiso se consiguen grandes cosas.

Vaya añito crack!

Desde aquí darte las gracias por dejarme participar de algún modo en esta aventura y sentirme al menos por unos pocos segundos también IRONMAN.